Cultivar plantas medicinales de manera orgánica significa cultivar la hierba como la naturaleza la diseñó. Las cepas de plantas nativas, o razas autóctonas, prosperan en la naturaleza en todo el mundo. Esto demuestra que un suelo de alta calidad y la biodiversidad son todo lo que se necesita para apoyar el crecimiento de plantas prósperas.
Claro, la industria de las plantas medicinales ha desarrollado muchas fórmulas y técnicas sintéticas, y con grandes resultados. Pero creemos que las flores de mejor calidad y las plantas más saludables emergen cuando volvemos a nuestras raíces.
Al igual que la alquimia, el cultivo de plantas medicinales orgánicas implica convertir productos de desecho o de bajo valor en recursos de alto valor. El cultivo orgánico de plantas medicinales no solo da como resultado cosechas increíbles, sino que también beneficia a nuestros jardines y al medio ambiente.
SUELO ORGÁNICO PERFECTO PARA PLANTAS MEDICINALES
Las plantas medicinales orgánicas de alta calidad dependen de un factor importante: la salud del suelo. Las últimas décadas han visto a los productores aplicar un nutriente para un problema, una visión algo reduccionista. Más recientemente, los avances en la ciencia del suelo nos han demostrado que las plantas medicinales dependen de una interacción compleja dentro del suelo, la red alimentaria del suelo, para mantenerse saludables y prosperar.
LA RED ALIMENTARIA DEL SUELO Y LA INTELIGENCIA VEGETAL
La red alimentaria del suelo consta de muchos microorganismos, insectos e incluso aves y mamíferos. Estas criaturas, muchas de las cuales actúan como depredadores y presas, desempeñan un papel importante en la descomposición de la materia orgánica en nutrientes que son accesibles para las plantas de cannabis.
Comenzar su operación de cultivo con un suelo vivo y saludable lo ayudará a evitar posibles deficiencias nutricionales, problemas de plagas y patógenos de plantas más adelante. Contrariamente a la creencia popular, las plantas no solo absorben los nutrientes directamente del suelo.
En cambio, cultivan su propia comida (¡literalmente!). Lo hacen mediante la liberación de azúcares (exudados) en la rizosfera, un área que se extiende alrededor de dos milímetros desde la superficie del sistema radicular, atrayendo bacterias y hongos beneficiosos. Algunos de estos organismos se asocian con las raíces, lo que permite que las plantas absorban mejor los nutrientes, mientras que otros microbios actúan como alimento para criaturas más grandes.
Los nematodos y los protozoos, el siguiente paso en la red alimentaria del suelo, comen algunos de estos microbios. Da la casualidad de que las bacterias y los hongos son muy eficientes para descomponer la materia orgánica y almacenar los nutrientes encerrados en su interior.
Los nematodos y los protozoos expulsan algunas de estas moléculas. Luego, las plantas se alimentan de estos nutrientes biodisponibles, cosechando la generosidad de su operación agrícola. Simplemente increíble, ¿eh?
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